La llegada de alrededor de 6,000 inmigrantes en las últimas horas a la isla italiana de Lampedusa (sur), frente a las costas africanas, ha desatado el caos. La policía ha tenido que delimitar con sus escudos la aglomeración de personas en su puerto.
Según el informe de las autoridades, se contabilizaban un total de 5,112 inmigrantes en esta pequeña isla mediterránea, llegados en las últimas 24 horas. Sin embargo, los desembarcos no han parado con el transcurrir del tiempo.
La isla es un ingreso a Europa desde África, por tanto, continúa un flujo de migrantes alto desde las costas de Túnez y Libia.
En medio de uno de los operativos ejecutados en la madrugada por guardacostas locales, algunos de los 46 migrantes que se desplazaban en una embarcación cayeron al agua y fueron rescatados. Sin embargo, un bebé de cinco meses se ahogó, y su cadáver se transportó al depósito de Cala Pisana.
La aglomeración de inmigrantes se está volviendo insostenible para las autoridades
Al momento que los inmigrantes arriban a la isla, por lo general se les traslada a un único centro de acogida primaria. Casi siempre se hallan en condiciones precarias y en hacinamiento. El sitio solo cuenta con camas para 400 personas.
Por ese motivo, las autoridades intentan apresurar los traslados de estos a otros centros de acogida e identificación del país. Por lo general a Sicilia, como Porto Empedocle.
El alcalde del lugar, Filippo Mannino, ha instado al Gobierno de Giorgia Meloni a que ejecute acciones urgentes como la intervención del Ejército.
«Nunca se había visto algo así, con decenas y decenas de pequeñas embarcaciones escoltadas o enganchadas a las unidades de rescate frente al puerto, y otras que logran llegar directamente», dijo el funcionario a los medios locales.
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