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sábado, 05 octubre, 2024

Las mayores pérdidas están en el maíz y frijol tras el paso de la tormenta Pilar

Tras el paso de la tormenta tropical Pilar, CAMPO indica que ya se tiene un balance de las pérdidas en los cultivos de maíz y frijol.

Esta mañana, en la entrevista “Frente a Frente”, el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO), Luis Treminio habló sobre los primeros balances relacionados con las pérdidas de los cultivos de maíz y frijol, luego del paso de la tormenta Pilar en el territorio nacional.

En sus números, CAMPO señala que sí hay afectaciones en los cultivos y este escenario puede acelerarse con la presencia de vientos.

Fenómeno climático que puede dañar los sembrados de frijol. «Definitivamente, hay pérdidas (en la producción agrícola), y puede seguir habiendo; ahora no por el fenómeno de la tormenta tropical Pilar, sino que han comenzado fuertes vientos».

Estadísticas sobre el maíz y frijol

Treminio explica que, hasta ayer, ellos contabilizaban que las plantaciones de maíz tienen 272,850 quintales dañados, estos números en porcentaje se indica que es el 9 % de lo sembrado. En el caso del frijol se tienen que son 202,350 (14 % de lo sembrado).

En esta época del año, este cultivo es el que más producen los agricultores, ya que es un 75 % de la producción nacional que se obtiene a finales de noviembre y diciembre.

 Tomando en cuenta este nuevo daño a la producción agrícola, Treminio añade que las pérdidas en este ciclo agrícola ascienden 1.463,850 quintales de maíz, mientras que en el frijol son 240,000 quintales. Los factores que influyen en estos datos negativos son por el exceso de lluvia.

Video/TCS

No todo es malo, ya que en la producción del sorgo y arroz se estima que habrá buena recolección de estos granos. Por el hecho de que son plantas más resistentes y demandan de más agua.

Otras dificultades que presentan los cultivos

En la actualidad este sector reciente la poca mano de obra que se tiene, así como el poco interés de las nuevas generaciones por trabajar y optar por esta forma de vida.

«Los jóvenes ya no quieren dedicarse a esta labor (producción agrícola), porque prácticamente no hay incentivos para la juventud. Hay falta de mano de obra en exceso y el promedio de edad de los productores en El Salvador anda por los 65 años», dijo Treminio.

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