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Si bien es cierto que una acción vale más que mil palabras, haciendo una paráfrasis de este dicho popular, una imagen recuerda más que cualquier historia. Y es que de un objeto podemos hacer un viaje a diferentes momentos por los cuales hemos vivido.
No tenemos por qué explicarle qué es este objeto que usted puede ver. Claramente, es un teléfono de cabina, pero tenían muchas peculiaridades que sobresalen. Primero, este tipo de teléfonos eran llamados «públicos», porque los podía utilizar cualquier persona que tuviera una moneda.
Segundo, muchos de ellos comenzaron a estar cubiertos por una pequeña cabina, que permitía, en cierta medida, poder conservar la privacidad de las llamadas que estábamos realizando. En nuestro país había solamente con una protección azul.
Ahora bien, una tercera peculiariedad es que necesitabas tener monedas para hacerlo funcionar, esto, por supuesto, en un inicio. Era indispensable contar con una moneda de baja denominación que, para bien de las personas, esa era una gran ventaja, porque por menos de lo que hoy serían $0.03 podías realizar una llamada de al menos 10 minutos de tiempo.
Con la modernización, para la década de los 90’s, ya se tenían otro tipo de teléfonos públicos en los cuales se utilizaban tarjetas, esto quiere decir que a través de recargas podías realizar una llamada por el mismo tiempo (10 minutos). ¿La ventaja? No tener que andar con un puñado de monedas en las bolsas del pantalón.
Como todos los jueves de nostalgia, por eso te queremos preguntar, ¿usted qué cree? ¿A qué le recuerda ver esta imagen? ¿Será alguna persona, un amor o tal vez alguna noticia que le dibujó una sonrisa en su rostro?
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