En un impactante desarrollo legal, el líder de la secta del fin del mundo, Paul Mackenzie, y 30 de sus seguidores, comparecieron el pasado 17 de enero ante un tribunal en Malind, Kenia.
Los acusados enfrentarán cargos relacionados con el asesinato de 191 niños, cuyos restos, alarmantemente, incluyen a 180 que aún no han sido identificados.
Nehemiah Okwembah / AFPTV / AFP.
Además, la Iglesia Good News International, liderada por Mackenzie, se le vincula por la muerte de al menos 429 de sus miembros.
El fiscal principal de Kenia anunció que 95 personas enfrentarán cargos de:
- Asesinato
- Crueldad
- Tortura infantil
- Entre otros delitos en relación con esta trágica situación.
Desde el arresto de los acusados en abril pasado, los fiscales buscaron permisos para mantenerlos bajo custodia durante la investigación.
Sin embargo, el magistrado Yousuf Shikanda rechazó su última solicitud, argumentando que se les dio tiempo suficiente para ello.
Durante el juicio se arrojó a luz sobre las oscuras prácticas de la secta, dejando a la sociedad keniana conmocionada y buscando respuestas sobre cómo tal tragedia pudo ocurrir a plena luz del día.
Descubrimiento de los cadáveres de la secta
El caso emergió cuando la policía rescató a 15 feligreses emancipados de la iglesia de Mackenzie en el condado de Kilifi, en el sureste de Kenia; 4 murieron, luego de que el grupo fue trasladado a un hospital.
Los sobrevivientes dijeron a los investigadores que el pastor les dio instrucciones de que ayunaran hasta morir, antes de que el mundo acabe para que pudieran conocer a Jesús.
Los cuerpos de las víctimas los descubrieron en tumbas poco profundas en un extenso rancho en Bosque Shakahola, en el condado costero de Kilifi. Autopsias revelaron las causas de muerte que incluyen hambre, estrangulamiento y asfixia.
Otros cargos que enfrentarán los sospechosos incluyen homicidio involuntario, radicalización, agresión que causa lesiones corporales graves y participación en actividades delictivas organizadas.
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