Nuestros ojos son las principales ventanas que tenemos para conocer el mundo, los colores y el rostro de las personas que nos rodean. Pero, en ocasiones, la salud del sistema ocular se ve afectada y requerimos del uso de una graduación o fórmula de lentes para solucionarlo.
De acuerdo con los oftalmólogos, existen diversos síntomas que facultan a que se necesita un cambio:
- Ausencia de nitidez: si ha notado que su visión es más borrosa que antes. Puesto que, si tiene mayor dificultad para leer, ver de cerca, entre otras, dependiendo de la afección que padezca.
- Dolor de cabeza: cuando esforzamos la vista para lograr conseguir mayor nitidez, es común que se presenten dolores de cabeza por esta causa, que viene como consecuencia de una graduación errónea.
- Mareos
- Ojos irritados y lagrimeo.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Claudia Martínez.
Cambiar los lentes puede implicar un período de adaptación a las nuevas gafas
Recuerde que su estado general de salud es primordial, y su vista es demasiado importante, por lo que debes, ante todo, consultar al especialista antes de cambiar los lentes.
También, debemos recordar que una prescripción de lentes responde a la necesidad de determinadas correcciones para poder ver bien, y pueden ser para ver mejor de lejos, de cerca, para corregir astigmatismo, y muchos otros problemas que impiden una buena visión.
Desde el momento en que los problemas de la vista son muy diferentes unos de otros, también lo son los distintos tipos de graduación requeridos. Por lo que, los anteojos deben ser elaborados específicamente para cada persona y de acuerdo a sus necesidades.
Al colocarnos un nuevo par de lentes se requiere de un cierto período de adaptación para que el cerebro se familiarice con la nueva forma en que los estímulos son percibidos.
Video/TCS
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