En nuestro país existe una variedad de árboles que han sido catalogados como especies en amenaza o en peligro de extinción.
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Daysi Herrera, del Fondo de Inversión de El Salvador (FIAES), aseguró que: «Son aproximadamente 144, de los cuales 51 se encuentran en la categoría de en peligro y 93 amenazada. Estos árboles se encuentran ubicados en los bosques de coníferas, en los bosques tropicales, atifoliar y en los bosques de manglar.»
Por ejemplo, el Cedro, que es codiciado por su madera fina y de alta calidad, ha sido utilizado para la fabricación de muebles, y esto ha hecho que vaya desapareciendo poco a poco. Ante esto, se encuentra en la lista de árboles en peligro de extinción del Ministerio de Medio Ambiente.
Por otra parte, Roberto Rodríguez, biólogo, enfatizó que dentro de los árboles que tenemos como especies nativas protegidas están las Funeras, Caoba, entre otros que son especies de buen tamaño y buena madera, y que algunas veces se comercializan de manera ilegal acá en el país.
Árboles medicinales
Acá también se puede apreciar el Guayacán, que, aunque alcanza pocos metros de altura, posee una madera resistente y difícil de trabajar. Además, tiene propiedades medicinales. A estos se le suman el bálsamo, roble, pinos, mangles, galero, palmas, aceituno montés granadillo, entre otros.
Y hay algunos que, aunque no se encuentran dentro de la lista, debido a que no son nativos, también están en peligro de extinción. Como el Bala de Cañón, nativo de países suramericanos.
En todo caso, talar este tipo de árboles puede traer graves consecuencias legales. La flora por más pequeña que sea y aunque no esté en peligro, como esta planta llamada dormilona, merece ser respetada y protegida. Los árboles absorben el dióxido de carbono y producen el oxígeno que necesitamos para respirar.
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