Este pasado sábado, los Vikings recibieron al equipo de los Colts. En un partido que parecía como cualquier otro. Rápidamente, el conjunto de visita se puso al frente (0-33) de manera aplastante. A pesar de ello, los de Minnesota se repusieron y terminaron ganando (39-36) con una remontada histórica para la National Football League (NFL).
Nunca se había visto un repliegue de tal magnitud desde la victoria de los Buffalo Bills sobre Houston Oliers, cuando ganaron (41-38) tras ir perdiendo por 32 puntos. En el año de 1993. Es decir, una unidad menos que la vista en el choque de este fin de semana.
Los Vikigs arrancaron demasiado imprecisos y con una dinámica de partido muy desfavorecedora. No obstante, terminaron ganando gracias a una un gol de campo de Greg Joseph sobre la prórroga. Si los aficionados parpadearon en la segunda mitad, se perdieron de paradas claves de la defensa y «touchdowns» progresivos de la ofensiva minnesotana.
Al final se contabilizó que el choque duró 4 horas y un minuto. Gracias a la victoria, el equipo se coronó como Campeón del Norte de la Conferencia Nacional (NFC, por sus siglas en inglés).
“Probablemente fue lo más motivado que he estado para desafiar a nuestros jugadores solo para que supieran, independientemente del resultado de hoy, que la primera mitad no fue lo suficientemente buena, y nunca será aceptable tener ese tipo de rendimiento independientemente del resultado», mencionó el coach de los Vikings, Kevin O’Connell.
«Nadie está más feliz de ser campeones de la NFC Norte de la forma en que lo ganamos. Creo que se quedará con muchos de nosotros durante un buen tiempo. Todavía hay demasiado por retroceder y asegurarnos de que rectificamos y continuamos mejorando«, recalcó el estratega.
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