El nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, prometió evitar que su país sirva de tránsito a migrantes que cruzan la selva del Darién, rumbo a estados Unidos. Una ruta que es usada para la inmigración ilegal.
Durante su primer discurso como presidente, Molina indicó que su gobierno no puede seguir financiando el costo económico y social que la inmigración ilegal masiva genera al país. Situación que, también, conlleva otros elementos como es el caso de organizaciones criminales internacionales.
«Que generan inseguridad a nivel internacional y obligan a cientos de unidades del servicio nacional, de la frontera y aeronaval a descuidar. Nuestra seguridad territorial y marítima en otros puntos del país. Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales», agregó el nuevo mandatario.
Molina fue embestido el lunes ante dignatarios internacionales, su Gabinete y los nuevos diputados. Tras concluir la ceremonia, el nuevo Canciller, Javier Martínez, firmó con el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas un convenio. En el que Estados Unidos se compromete a cubrir los gastos en el caso de repatriación de migrantes que entren de forma ilegal por el desierto.
¿Qué ayuda se alcanza en el acuerdo contra la inmigración ilegal?
El pacto acordado establece que Washington apoyará con equipo; transporte y logística contra los flujos migratorios irregulares. Mientras tanto, el gobierno panameño deberá respetar los derechos humanos. Solo en el 2023, se contabilizan que medio millón de personas se cruzaron Panamá, tras atravesar la Selva del Darién, zona fronteriza con Colombia.
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