En Chile existe una perrita de cinco años, que ha sido entrenada, junto con otros caninos, para detectar fugas de agua. Su raza es especialista en detección de olores.
De acuerdo con sus entrenadores, la perrita se mantuvo en entrenamiento por seis meses. En ese tiempo, ella aprendió a detectar fugas de agua. En el caso de «Suki», su capacidad casi se iguala al de los sensores o sistemas de gases.
Hasta el momento, ningún otro canino tiene esa habilidad en Chile y América Latina. De hecho, Australia se convirtió, en el 2015, en el primer país en usar a esta especie para dicho trabajo. Los cachorros, incluso, son considerados empleados reconocidos.
Video/TCS.
¿Cómo logra hacer el rastreo de fugas Suki?
Las autoridades indican su trabajo consiste en olfatear olores, como es el caso del cloro y flúor. Su trabajo es impresionante, ya que identifica un 96% de precisión; incluso, aquellas que se encuentran a profundidades de hasta 1.20 metros bajo tierra y que son invisibles a simple vista en la superficie.
«Suki» usa un traje especial para protegerse del calor y botitas para pavimentos calientes. Ella recorre más de tres kilómetros al día, acompañada por su entrenador, Franco Nicoletti. Su motivación es simple, pero efectiva: cada vez que detecta una fuga, es recompensada con un juego con su pelota favorita.
Desde que comenzó su labor en octubre del año pasado, «Suki» ha recorrido un impresionante total de 360 kilómetros, detectando 740 fugas y recuperando una cantidad de agua, equivalente al consumo anual de más de 14,000 personas.
Su impacto en la conservación de este recurso vital ha sido innegable, y su contribución a la gestión eficiente del agua en Santiago es una muestra de cómo la innovación y la colaboración pueden marcar la diferencia en la preservación del medio ambiente y el bienestar de la comunidad, resaltan algunos medios locales.
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