Mijaín López, histórico de la lucha grecorromana, decidió dar un paso al costado en su carrera tras ganar el oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 en la categoría 130 kilos. Fue el quinto metal dorado consecutivo en la máxima justa del deporte a nivel mundial, para un atleta cubano que rompió todo tipo de registros.
López se impuso con mucha categoría a su compatriota Yusmani Acosta, que representa a Chile. 6-0 contundente que no dejó ningún tipo de dudas su tremenda autoridad en la disciplina. Posteriormente, protagonizó un acto emotivo en medio de la duela al inclinarse para dejar sus botines en el centro como anuncio de su retiro de las competencias.
Momento emotivo que se entrelazó con los aplausos que llegaban desde las gradas del recinto.
Fue en el año 2008 cuando el caribeño participó en su segunda cita olímpica, reinando en Beijing con 26 años. Hizo lo propio en Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020. Imponiendo un dominio absoluto que nadie había logrado antes en la historia de las Olimpiadas de verano.
De hecho, su única derrota en JJ. OO. fue en su primera participación, Atenas 2004. Cayó en aquella ocasión en los cuartos de final y partir de allí no volvió a ceder un combate.
Adiós a la lucha grecorromana
López realizó una emotiva reflexión sobre su carrera e hizo énfasis en la profesionalidad con la que siempre estuvo acompañada todo su trabajo como luchador.
«Para lograr estos resultados uno primero tiene que amar su deporte, amar su profesionalidad y demostrarle al mundo que con poco se logran muchas cosas grandes. La sinceridad y la humildad predominan para lograr estos resultados», dijo.
¿Cómo marcha el medallero?
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