Hay días que, sin saberlo, pasan cosas que cambian el curso del futuro y de la historia. Pero lo terminamos confirmando años después, y cuando vemos hacia atrás, nos damos cuenta de lo significativos que terminaron siendo algunos eventos del pasado. Uno de ellos fue la presentación del iPhone.
El presente está determinado por lo que se hizo en el pasado, por las decisiones que se tomaron algún día remoto. El día 9 de enero de 2007 sería uno de esos históricos días. Después de esa fecha la sociedad y sus estructuras de interrelación social, laboral, familiar, y económica cambiarían para siempre.
Ese día, en una presentación de poco más de una hora, la compañía Apple, de la mano de Steve Jobs, mostraba al mundo su visionaria creación. Uno de los grandes inventos no ya del siglo, sino que, probablemente, de toda la historia humana. Nacía el primer teléfono inteligente de los que conocemos y usamos ahora: el iPhone.
El primer iPhone
El primer iPhone tenía una pantalla de 3.5 pulgadas, una cámara posterior de 2 megapíxeles, incorporaba 15 aplicaciones y pesaba 143 gramos. Contaba con 4 GB de almacenamiento y 128 MB de memoria RAM.
Los usuarios no podían grabar vídeo, y tampoco admitía envío de mensajes de texto. Además no incorporaba el común teclado físico de los ‘buque insignia’ de ese tiempo. Era todo pantalla. Algo que, obviamente, Jobs lo anunció como una de las grandes bondades respecto a los otros móviles.
El paquete incluía el teléfono, un manual de instrucciones, cargador, cable USB y auriculares. Se puso a la venta a partir de junio de 2007 y costaba $499 dólares.
En la actualidad, se estima que Apple vende cerca de 28,000 iPhones por hora. Una auténtica locura, que tuvo su génesis hace 16 años.
El teléfono que cambió la historia
Luego del iPhone la historia de la tecnología cambiaría su curso. Había arribado un dispositivo que podía hacer casi las funciones de una computadora, pero agregando las de un móvil. Todo a través de un pequeño aparatejo que fácilmente podías cargar en tus bolsillos.
Desde entonces, el efecto bola de nieve se fue haciendo más notorio. Las demás compañías abrieron los ojos ante la maestría de la invención y se unieron a la fiesta, poniendo sus propios dispositivos en el mercado.
Ahora, prácticamente todos los teléfonos inteligentes tienen los parámetros que el primer iPhone impulsó. El teclado táctil es el ejemplo insignia de esta afirmación, puesto que pasó al olvido después de sus épocas de gloria. Y con él, se fueron más funciones obsoletas para siempre.
Te podría interesar: ¡James Cameron y sus tres películas más taquilleras de la historia!