El Salvador es hogar de variedades de café que son altamente valoradas en el mercado internacional. Entre ellas, se encuentran el Bourbon, Pacamara, Pacas, y Cuscatleco. Estas variedades ofrecen perfiles de sabor, que van desde notas florales y frutales hasta toques de chocolate y caramelo.
Ante este panorama, en el espacio de entrevista Frente a Frente, los esposos y cofundadores
De acuerdo con Rivera y su esposo, este emprendedurismo inició como un hobby hace tres años. Noé posee, junto a su familia, una pequeña finca en La Palma, Chalatenango, donde han cultivado por años una gran variedad de semillas de café a 1,900 metros de altura.
Por lo que, poco a poco han logrado tener su propio negocio de café en Ciudad Merliot, Santa Tecla. Por lo que, poco a poco, han evolucionado con sus dotes de baristas y catadores.
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En importante recalcar que los pioneros de la caficultura salvadoreña trajeron las primeras semillas y plantaron los cimientos, de lo que hoy es una industria de renombre mundial. Donde la venta de café es una las principales actividades económicas de nuestro país.
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Un buen café debe ser cultivado a más de 900 metros de altura
Según los expertos, una buena taza de café es la altura a la que se cultiva porque el microclima influye en los sabores y nutrientes.
Además, la dedicación y el cuidado que ponen en cada etapa del proceso, desde la siembra hasta la cosecha, son fundamentales para asegurar la calidad de esta bebida. La recolección manual permite seleccionar solo las cerezas maduras, garantizando un producto final de excelente calidad.
Con referente a lo anterior, los esposos detallaron que en los últimos años han traído al país diversidad de semillas de café y las han plantado en su finca entre estas se encuentra la Geisha, proveniente de Etiopía.
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