Miles de familias salvadoreñas viven en hogares extensos, es decir, que en una vivienda la comparten dos o más, que se distribuyen los mismos gastos en alimentación. Según los expertos, esta situación tiene un impacto en el diario vivir de las personas que comparten el mismo techo. Por tanto, no solo afecta a la comodidad de cada uno, ya que también puede generar secuelas en la educación de los niños.
Como tal es el caso en una vivienda ubicada en San Marcos, San Salvador, donde una familia extensa vive en el mismo hogar. En ella, un niño se las ingenia para poder jugar por los estrechos pasillos de la casa y así disfrutar de un momento de esparcimiento. Sin embargo, esto les afecta en el desarrollo de sus actividades. Según psicólogos, necesitan espacios amplios y un ambiente adecuado para hacer sus juegos.
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De acuerdo con la psicóloga, Idalia Cabezas, al vivir en una misma vivienda, no se tiene espacio para procesar un hecho o emociones. Puesto que no hay espacio para decir que una persona estará sola para alejarse por un momento y comprender lo que le ha sucedido. En ese sentido, no se puede, ya que todos están conviviendo al mismo tiempo.
Asimismo, puede desencadenar estrés la falta de privacidad para los miembros en la familia, por lo que podría afectar más a los pequeños. Este y muchos factores más influyen a todos los miembros en su desarrollo personal. También, la economía es de los principales sectores que a diario afectan a los hogares amplios.
Video/ TCS
Composición de los hogares extensos
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2024, hay más de 497,177 hogares extensos en el territorio nacional.
- San Salvador, es donde se reporta mayor cantidad con 145,861.
- Cabañas, es el que tienes menos con 12,331.
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