Esta es la historia de Edwin Rodríguez, un hombre que ha llevado su pasión por los carros a escala hasta otro nivel, pues, de momento, cuenta con más de 2,000 ejemplares que tapizan casi por completo su habitación.
Los hay de todos los modelos y colores, pero para su dueño no son juguetes cualquiera sino que muchos de ellos incluso están personalizados. Así lo relató el propio Edwin:
«Bueno, a mis espaldas quizá está una tercera o cuarta parte de toda la colección y me dedico a personalizarlos». Edwin indicó que comenzó a recolectar cuando su hijo se fue al extranjero, ya que fue él quien le dejó alrededor de 400 carros a su padre.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Maziel Méndez.
«Luego, la pasión de recordar la alegría de él en aquellos momentos cuando yo le compraba carros, empecé a conseguir uno, otro y se me hizo el montón. Hoy en día, ya perdí la cuenta pero sí sé que son más de 2,000».
Ante la gran cantidad de carritos de colección, las repisas de madera se han vuelto insuficientes, por eso muchos de ellos permanecen guardados en cajas. Incluso hay algunos que todavía conservan sus empaques originales.
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Marcando la diferencia: carros a escala personalizados
La pasión de este coleccionista lo ha llevado a innovar y marcar la diferencia, con la personalización de carritos. Pese a que vive en Sensuntepeque su fama ha llegado hasta San Salvador, donde otros apasionados de este arte lo conocen gracias a sus creaciones fuera de serie.
Por otro lado, los miembros de su familia se sienten orgullosos de su pasión y perseverancia.
«Él siempre es muy dedicado para cada uno de sus trabajos. Él prácticamente renueva los carros desde cero, pasa casi todo el día en eso, en la mañana los pinta, luego los deja secar. Pasa casi toda la tarde a veces en un solo carrito para perfeccionar cada uno de los detalles. Es bastante increíble porque hay personas que tal vez no tienen esa paciencia o esas habilidades y él sí las tiene», comentó Adriana Salguero, sobrina del coleccionista.