En el auge de la Inteligencia Artificial (IA), la clonación de voces y rostros ha abierto la puerta a sofisticadas estafas digitales que buscan apropiarse de la identidad de las personas. Un claro ejemplo de este fenómeno ocurrió recientemente con un audio manipulado del presentador Moisés Urbina.
Una amenaza real
El deepfake, como se conoce a esta tecnología, se ha popularizado a nivel mundial, generando preocupación entre expertos en seguridad informática.
Rodolfo Salazar, especialista informático, advierte que estos casos ya están documentados y que la confiabilidad en audios y videos está en entredicho.
«Tenemos que tener cuidado, ya que ni la voz ni el video son pruebas fiables de identidad», señala.
¿Cómo evitar caer en estafas Deepfake?
La Inteligencia Artificial es capaz de analizar patrones de comportamiento para engañar a las víctimas y sustraer información o incluso extorsionarlas. Para evitar ser víctima de estos delitos, los especialistas recomiendan adoptar medidas de seguridad.
Para Rodolfo Salazar algunas practicas que pueden evitar que una persona sea víctima de estafa son:
«Si recibimos una llamada sospechosa, lo mejor es colgar y llamar directamente a la persona. También es útil establecer una palabra clave en familia para confirmar la identidad antes de realizar cualquier transacción».
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¿Hay normativa que proteja estos casos de estafa?
En El Salvador, la Ley Especial contra Crímenes Informáticos y Conexos tipifica estos delitos, pero el sistema judicial enfrenta dificultades para procesarlos debido a la complejidad de la evidencia digital.
Por su parte, el abogado Luis Pérez añade que el reto legal es «identificar al actor del delito, ya que en derecho penal se requiere prueba contundente para una condena».
Delitos y condenas
La legislación salvadoreña establece penas para los delitos informáticos, incluyendo:
- Estafa informática: 2 a 8 años de prisión
- Espionaje informático: 5 a 10 años
- Hurto por medios informáticos: 2 a 5 años
- Hurto de identidad: 3 a 8 años
- Divulgación no autorizada de información: 5 a 12 años
- Revelación indebida de datos personales: 3 a 8 años.
Imagen: TCS.
El deepfake no solo representa un desafío tecnológico, sino también un riesgo legal y social que requiere mayor regulación y educación digital para prevenir futuras víctimas.
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