En El Salvador, muchos ríos y quebradas se han convertido en verdaderos basureros a cielo abierto, ya que muchas personas arrojan grandes cantidades de desechos u objetos voluminosos al agua, lo que provoca daños ambientales de gran magnitud. Esta práctica, además de perjudicar al ecosistema, genera un impacto económico considerable, dado que las autoridades imponen sanciones económicas por la contaminación de estos cuerpos de agua.
Se estima que cada mes, solo en San Salvador Centro, se recogen alrededor de 25,000 toneladas de basura, una cifra que genera preocupación entre las autoridades, pues refleja el creciente problema del vertido indiscriminado de residuos de gran tamaño.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Nereida Henríquez.
Así lo confirmó German Muñoz, director de Desechos Sólidos, «entre ellos encontramos sillones, cocinas, llantas, trozos, muchas veces talan un árbol y lo tiran ahí». En ese sentido, las autoridades añadieron que las viviendas y talleres cercanos a las quebradas y ríos son los principales responsables de estas acciones.
«Las viviendas que prácticamente están a la orilla de estos ríos y quebradas en vez de esperar o sacarlas al punto de acopio donde pasa el camión, lo que hacen es tirarla al río o a la quebrada. Hay un río, pero alrededor hay talleres de reparación de llantas y sacamos (del río) un promedio de más de 100 llantas. Los talleres en vez de hacer una disposición final adecuada, lo que hacen es tirarla directamente al río o quebrada», enfatizó Muñoz.
Sanciones por lanzar objetos voluminosos a ríos o quebradas
De acuerdo con Muñoz, a quienes se les sorprenda arrojando basura en estos afluentes enfrentarán multas que van desde los $50 hasta los $900 en el caso de personas naturales, y desde $901 hasta $2,200 para personas jurídicas. Estas sanciones buscan frenar la acumulación de desechos, que a menudo generan obstrucciones en los tragantes así como inundaciones en diferentes zonas de la ciudad.
Ante ello, las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía señalando que el simple acto de arrojar basura en cunetas o aceras puede generar mayores afectaciones como inundaciones y contaminación de ríos y mares.
Además, la acumulación de basura no es solo un problema visual o de salud pública, sino que también pone en riesgo el equilibrio de los ecosistemas acuáticos, afectando la biodiversidad y contribuyendo al deterioro ambiental. Las multas no son solo un castigo, sino un llamado urgente a cambiar las prácticas inadecuadas y fomentar una cultura de respeto por el medio ambiente.