Muchos años han pasado desde el ya lejano estreno de Titanic en 1997. La cinta de James Cameron fue un acontecimiento cultural. Prueba de ello es el alcance mundial que tuvo el film, rompiendo todos los récords de taquilla conocidos hasta entonces.
En el momento de su estreno se convirtió en un clásico instantáneo, cualidad que ostenta un pequeño grupo de filmes que, por su grandeza e iconicidad, pasan a la historia como un clásico.
Con el paso de los años, Titanic se ha convertido en un filme de culto por su trascendencia. Además, fue el precursor de los blockbuster, esas películas que revientan las ventas de entradas en las salas de cine.
De igual magnitud fue su impacto en la cultura popular, pues la obra de Cameron no ha pasado inadvertida de prácticamente nadie. Es difícil encontrar una persona que tan siquiera no haya oído hablar de ella.
Como había de esperarse, una película de semejantes dimensiones e impacto podía fácilmente armar un debate mundial sobre sus pasajes más polémicos y dramáticos. Y así fue.
Jack, ¿se pudo haber salvado?
El debate estrella que ha protagonizado todas las conversaciones y opiniones sobre la película en los últimos 25 años, ha sido, sin duda, el de la muerte de Jack, personaje interpretado por Leonardo DiCaprio.
Como todos saben, en teoría, la película versa sobre el enamoramiento que surge entre Jack, y Rose en el trasatlántico RMS Titanic, el barco más grande e imponente del mundo en ese tiempo.
Rose pertenece a la aristocracia británica, de mucho caudal monetario, mientras que Jack es un dibujante errante que vive y viaja sin riquezas, el cual gana su ticket para el viaje del barco desde Southampton a Nueva York en un juego de póker, cinco minutos antes que zarpara.
El idílico cuento de amor se rompe en mil pedazos cuando el Titanic impacta un icerberg durante su trayecto en la madrugada del 15 de abril de 1912. El choque lo deja malherido y produce filtraciones de inmensas cantidades de agua que el barco no puede soportar, arrastrándolo al naufragio.
Jack y Rose afrontan el hundimiento apoyándose en barandales que están en la popa del barco, que finalmente se va al fondo del mar. Esto deja a los enamorados varados en las gélidas aguas a temperaturas extremas, expuestos a una inminente hipotermia.
En ese momento, encuentran una tabla rota de los restos del trasatlántico flotando a la deriva. Ambos intentan subir, pero no caben los dos sin que la tabla se hunda, por lo que Jack le cede el espacio a Rose, que queda protegida. Mientras tanto, él se queda en el agua, tomándola de la mano.
Después de un rato, Jack finalmente perece por congelación, ante lo cual Rose separa su mano congelada de ella y lo deja libre, hundiéndose junto al barco.
Dicha escena de la película generó el debate en todo el mundo de si los dos cabían en la tabla y Jack pudo haberse salvado. Las opiniones son divididas, en tanto unos sostienen que la tabla no podía soportar el peso de ambos, mientras otros alegan que sí había espacio suficiente para mantenerlos a salvo.
James Cameron comprueba la escena
El director de la legendaria cinta, James Cameron, ha sentado por fin una postura en el eterno debate, o al menos, en parte.
Como parte de un especial conmemorativo de los 25 años de la película, Cameron puso a dos especialistas a recrear la mítica escena en condiciones bajo cero, para determinar de una vez por todas quién tiene la razón en la discusión.
Sin embargo, el director no da respuestas definitivas. «Es posible que Jack pudiera haber sobrevivido tumbado sobre la tabla hasta que llegaran los botes salvavidas», declaró Cameron. “Sí, podría haberse salvado, pero hay muchas variables” acotó.
Lo que sí es seguro para el cineasta, es que Jack por «nada del mundo iba a poner en peligro la vida de Rose«.
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