La vida en el campo es una oportunidad para emprender y realizar actividades que generen ingresos. Una oportunidad que saben aprovechar las mujeres agricultoras que habitan en el caserío El Havillal, en Conchagua.
Son 12 mujeres las que lideran el proyecto agronómico. Ellas se encargan de manipular las piochas, pala y cumas. Instrumentos propios que sirven para trabajar el campo y sus plantaciones.
Aseguran que todo inició desde cero, incluso tuvieron que preparar e instalar las condiciones del agua para los sembradíos. Con el tiempo han logrado establecer los procedimientos adecuados para cada planta, por ejemplo:
- Rábano
- Tomate
- Cilantro
- Chile
Su labor es destacada, ya que cada producto es orgánico, libre de químicos, que muchas veces generan problemas de salud al organismo.
Con su trabajo preparan el suelo árido, que se encargará en unos meses de dar verduras que servirán para el consumo.
Las actividades requieren arduas jornadas expuestas al sol, pero, sin duda, obtendrán ricos productos orgánicos, 100% producidos en sus huertos caseros.
¿Cómo comenzó el proyecto de las agricultoras?
Este plan se puso en marcha en septiembre del 2018, con el apoyado del Programa Mundial de Alimentos y USAID. Son 6 manzanas de tierra las que trabajan.
Ellas mencionan que su labor es importante y un sueño cumplido que entre todas han construido día a día.
Video/TCS/Reportaje Elaborado por: Fabiola Hernández
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) mencionan que las mujeres constituyen el 43% de la mano de obra agrícola del mundo.
Sin embargo, existe una significativa discriminación en los aspectos:
- Propiedad de la tierra y del ganado
- Igualdad de remuneración
- Participación en entidades responsables de la toma de decisiones, el acceso al crédito y a los servicios financieros.
Por su parte, la FAO trabaja a dos niveles para abordar esta discriminación:
El primero, a nivel gubernamental. Este ayuda a garantizar que las políticas promuevan la igualdad de género.
A nivel individual. Se encarga de empoderar a la mujer con competencias de planificación empresariales y de negocios para que sea más independiente y capaz de participar en la economía local.
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