¿Alguna vez almorzó con un par de panes «chucos«? Supongo que sí. Nosotros estamos acostumbrados a decir: «¡Me regala un pan mata niño!«, o, ¡Hey, vamos por un par de panes chucos! Sin importar por cuál de ambos nombres lo conozcas, ahora te contamos sobre su preparación.
Si bien es cierto que la economía actual incita a buscar un ahorro en el bolsillo, con los diferentes platillos que probamos a diario, esta opción puede hacer que se cumpla el dicho «un pan para cada día«. Por supuesto, su preparación es inigualable.
Walter, un comerciante de Santa Ana que lleva años arreglando este antojo, nos comenta cuál es la historia detrás del nombre.
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Contó que el producto se cotiza mucho, sin importar los horarios. En algunas ocasiones, mencionó, ha llegado a vender todos los panes que lleva, e incluso, le hacen falta. Sin embargo, acota que no contabiliza la cantidad exacta que tiene en el carrito.
Los ingredientes de los panes chucos
Como elemento principal, el comensal puede escoger entre colocarle carne de soya o mortadela. Ambas son las variedades a elegir. Agregado a esto, acompaña curtido de repollo, escabeche y aderezos (salsa de tomate, picante y mayonesa).
Cada uno de los ingredientes, ya puestos en el pan, son los que le dan un toque especial al paladar de las personas. Sin embargo, el proceso no termina ahí. Luego, se envuelven en hojas de papel crepé, y se ponen a tostar por, al menos, 30 segundos.
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Con miedo o sin temor, salvadoreños en el interior o de la diáspora, extranjeros de distintas partes, todos han debido probar, en más de una ocasión, este manjar de la venta callejera, que no te puedes perder por nada del mundo.
Inclusive, muchos mencionan que no es salvadoreño el que nunca ha degustado un pan chuco.
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