El día de ayer 22 de marzo, informaron las organizaciones de defensa de los derechos humanos de ese país africano que cinco personas se ahogaron, 28 están desaparecidas y solo cinco fueron rescatados de un naufragio embarcado por migrantes subsaharianos frente a las costas de Túnez.
La embarcación partió desde Sfax, en el este de Túnez, con destino a la isla italiana de Lampedusa y zozobró con 38 pasajeros a bordo, la mayoría procedente de Costa de Marfil.
Romdhane Ben Amor, del Foro tunecino por los derechos sociales y económicos (Ftdes) declaró que la tragedia sobrevino por la sobrecarga de la nave.
Migrantes
Este repunte de llegadas a las costas italianas, a tan solo 150 kilómetros de distancia, coincide con una campaña de:
- Detenciones
- Ataques racistas contra ciudadanos subsaharianos
Después de que el presidente, Kais Said, les acusara de formar parte de un complot para cambiar la demografía y la identidad arabo-musulmana del país.
El dirigente tunecino acusó a los migrantes procedentes de África de ser responsables del aumento de la criminalidad. Sus declaraciones provocaron una oleada de violencia y acoso contra los ciudadanos de África subsahariana.
En las últimas semanas, organizaciones como Amnistía Internacional (AI) han pedido a las autoridades investigar estos ataques y liberar a aquellos que han sido detenidos de manera arbitraria. Tras las críticas de la comunidad internacional, el Gobierno anunció medidas para facilitar la residencia legal y la repatriación voluntaria.
Unos 21 mil migrantes procedentes de África subsahariana viven en la actualidad en Túnez, un país de 12 millones de habitantes.
Abogados Sin Fronteras ha registrado desde febrero al menos 840 detenciones, entre ellos estudiantes y solicitantes de asilo, en varias ciudades del territorio.
El naufragio es la última tragedia de este tipo en el Mediterráneo central, conocido por ser la ruta migratoria más mortífera del mundo.
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