Un cohete fabricado casi por completo con piezas impresas en 3D tuvo su lanzamiento el día de ayer por la noche. Se elevó en el aire, lo que fue celebrado, tres minutos después tuvo su falla, lejos de alcanzar su órbita.
Relativity Space / AFP.
Cohete impreso 3D
El vuelo de prueba de Relativity Space no llevaba nada ningún objeto ni a ninguna persona a bordo. Solo la primera pieza de metal impresa en 3D de la compañía, que fue fabricada hace seis años.
Especialistas aspiraban a que la pieza de recuerdo estuviera varios días en una órbita de 200 kilómetros antes de caer a la atmósfera y consumirse en su descenso junto con la fase superior del cohete. Eso equivale a 125 millas de altura.
La primera fase realizó su trabajo tras el despegue de la Estación de la Fuerza Espacial en Cabo Cañaveral, y se separó como estaba lo tenían previsto. Pero la fase superior pareció encenderse y después apagarse, lo que hizo que el cohete se estrellara en el Atlántico.
Este era el tercer intento de lanzamiento desde lo que antes era una instalación de misiles. Relativity Space estuvo a medio segundo de hacer el lanzamiento este mes.
Aunque la fase superior no funcionó y la misión no llegó a su órbita, “los primeros lanzamientos siempre son emocionantes, y el vuelo de hoy no fue una excepción”, comunicó, Arwa Tizani Kelly, tras el lanzamiento del día de ayer.
La mayor parte del cohete de 33 metros de tamaño, incluidos sus motores, fueron impresos en las enormes impresoras 3D de la empresa en Long Beach, en California.
Las piezas de metal impreso suponían el 85% del cohete, llamado Terran 1. Las versiones más grandes del artefacto tendrán aún más y podrán reutilizarse para varios vuelos, según los especialistas.
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