Cada Lunes Santo se celebra, en la ciudad de Texistepeque, Santa Ana, la tradición de los Talcigüines, quienes se hacen presentes en las calles del municipio. En este evento, hombres y niños de la municipalidad se visten de diablos, para «limpiar los pecados» de los visitantes, dando latigazos.
Los Talcigüines hacen referencia a las tentaciones que Jesús recibió en el desierto, de parte del personaje del Diablo, y el drama de la pasión.
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Antes de salir a las calles, los “hombres endiablados” (significado de talcigüin en náhuatl) asisten a una misa. De acuerdo con la tradición, esta actividad es una representación del libro de Mateo, en el Nuevo Testamento, en el que se narra la lucha entre el bien y el mal, y cómo Jesús venció a los demonios.
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Los Talcigüines
Los jóvenes que forman el grupo de Talcigüines se presentan en la iglesia parroquial el lunes santo, para confesarse con el sacerdote.
Después, cada miembro pasa a la sacristía de la iglesia, a vestirse con mantos y máscaras de color rojo. La persona que representa a Jesús se viste de túnica morada, y porta una cruz forrada de tela del mismo color, además de una campanita.
El primer Talcigüin sale hasta llegar a la esquina donde está Jesús. En ese lugar, trata de tentarlo de la siguiente manera: corre con él a un lado, y por último al centro.
En cada punto, el Talcigüin da tres golpes en cruz, mientras que Jesús suena con energía la campanita, ya que, en el centro, se inclina en cuclillas. Al mismo tiempo, el Talcigüin gira alrededor, golpeando el suelo nueve veces.
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Hecho esto, cae al piso, humillado ante Jesús, el cual pasa encima de él, moviendo el artefacto de forma intensa. Luego, libera al Talcigüin, que sale corriendo a seguir a las personas, para pegarles.
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