Hasta el momento, han muerto 97 civiles, y 365 personas han resultado heridas, según el Comité Central de Médicos sudanés. La cifra de víctimas puede ser muy superior, por las dificultades de acceso de los equipos de emergencia a zonas del oeste del país, donde se han recrudecido los combates por la lucha de poder en Sudán.
El país podría sumirse en un conflicto general, por lo que, tanto los Estados vecinos, como las potencias regionales y mundiales, y organizaciones internacionales, han pedido el cese de hostilidades, iniciadas el pasado 15 de abril.
El conflicto estalló en medio de una aparente lucha de poder, entre las dos facciones principales del régimen militar de Sudán.
STRINGER / AFPTV / AFP
Por un lado, se encuentran los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), compuesto por diferentes milicias, que siguen al exseñor de la guerra, el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti o pequeño Mohamed.
Mientras que las Fuerzas Armadas de Sudán son leales al general Abdel Fattah al-Burhan, el gobernante de facto del país.
¿Por qué hay lucha de poder en Sudán?
En octubre de 2021, Burhan y Hemedti se unieron para derrocar al gobierno civil, dirigido en aquel momento por el primer ministro, Abdalla Hamdok. Esto, en el marco de las conversaciones con organizaciones civiles, de cara a la formación de un nuevo gobierno, que devolviera al país la senda de la transición, tras el golpe de Estado.
Las principales diferencias, que aplazaron el acuerdo sobre la nueva Constitución y la formación del Ejecutivo, giraron en torno a la integración de las poderosas RSF en las Fuerzas Armadas, así como sobre las reformas en el aparato de seguridad.
Ambas figuras, antes aliadas de al-Bashir, que ascendieron al poder tras la asonada de 2019, han mostrado su voluntad de garantizarse la mayor cuota posible de fuerza, de cara a la futura transición.
al-Burhan era inspector general del Ejército cuando tuvo lugar el levantamiento armado contra el régimen militar de al-Bashir, que había estado en el poder durante 30 años.
Después de este levantamiento, al-Burhan se convirtió en el líder de facto del país, en especial, después del golpe de 2021, en el que apartó a Hamdok, mientras se discutían las negociaciones para la entrega del poder a los civiles, y la organización de elecciones.
Los funcionarios estadounidenses, y otros extranjeros, habían estado liderando los esfuerzos para persuadir a los dos generales a que transfirieran el poder a un gobierno, dirigido por civiles. En cambio, ahora están chocando. El general Hamdan ha culpado al general al-Burhan por la violencia que azota a Sudán ahora.
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