El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que impondrá sanciones a las personas que se les determine su participación en acciones que amenacen la paz, la seguridad o la estabilidad de Sudán.
El gobierno de Biden además emitió una orden ejecutiva en la que notifica que también se sancionará a las personas que socaven el funcionamiento de:
“Un Gobierno civil de transición” o “un futuro Gobierno elegido democráticamente”. Así como a quienes hagan labores de censura, corrupción y violaciones contra los derechos humanos.
El mandatario estadounidense recalcó que los disturbios en Sudan constituye una amenaza a la estabilidad.
“Considero que la situación en Sudán, incluida la toma del poder por parte de los militares en octubre de 2021 y el estallido de enfrentamientos en abril de 2023. Constituye una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, externó Biden.
Misión de Estados Unidos
El jefe de estado añadió que la política de Estados Unidos está orientada a:
“Apoyar una transición a la democracia y un Gobierno de transición civil en Sudán” y defender dicho Ejecutivo interino “de aquellos que impedirían su formación inicial a través de la violencia y otros métodos”.
Asimismo, recalcó que:
Apoyará “en cooperación con socios de ideas afines y ayudará a que dicho Gobierno de transición, cuando se forme, satisfaga las necesidades del pueblo sudanés y se prepare para elecciones democráticas”.
Estados Unidos recalcó que desde el primer momento que se reportó el conflicto, facilitó la salida de miles de personas entre ellas:
- Estadounidenses y otros
La evacuación se hizo por: tierra, mar y aire. Desde ese momento ha llevado a cabo intensas negociaciones para reducir la violencia.
Consecuencias de las sanciones
Como consecuencia de estas, todos los bienes y activos que se encuentren en Estados Unidos y pertenezcan a las posibles personas sancionadas serán bloqueados y no podrán ser transferidos, pagados, exportados, retirados o negociados.
Los enfrentamientos entre facciones rivales comenzaron el 15 de abril y han causado la muerte de unas 700 personas, la mayoría en Jartum y Darfur, según la ONG Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados.
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