La acidez estomacal, también llamada indigestión ácida, es el síntoma más común de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Y por lo general, se caracteriza por un dolor ardiente en el pecho, que comienza detrás del esternón (hueso del tórax) y se mueve hacia arriba, hasta la garganta.
Algunas personas experimentan un sabor ácido o amargo. El doctor Guillermo Jarquín explica lo que sucede dentro del organismo, en aquellas personas que lo padecen.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Damaris Gómez.
El contenido gástrico incluye ácidos que irritan la mucosa esofágica, y causan los síntomas típicos del reflujo gastroesofágico:
- Ardor en el estómago y pecho
- Acidez
- Hipersalivación.
La acidez de los jugos gástricos también puede irritar el tracto respiratorio y la garganta, causando disminución de la voz, laringitis, ronquera, tos y asma.
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Entre los factores de riesgo para el desarrollo del reflujo, están:
- Consumo de alcohol
- Hernia de hiato (una afección en la que parte del estómago pasa por encima del diafragma, el músculo que separa el tórax y la cavidad abdominal)
- Obesidad
- Embarazo.
¿Cuáles son las causas del reflujo gastroesofágico?
El esófago, por medio de movimientos rítmicos y ayudado por la gravedad, mueve la comida hacia el estómago. El esfínter esofágico inferior regula el traslado de los alimentos, abriéndose para permitir que el bolo alimenticio pase, y cerrándose evitando que vuelva a subir.
El reflujo ocurre mientras hay un mal funcionamiento de esta válvula, que se abre cuando no debería hacerlo, y permite que el contenido del estómago se mueva hacia arriba.
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Otra causa es el vaciamiento gástrico lento (digestión lenta). Cuanto más tiempo permanece la comida en el estómago, mayor es la probabilidad de que se presenten síntomas de la afección. Incluso si se reduce el pH salival, que es básico, el esófago tiene menos protección de los ataques de reflujo gástrico.
¿Se puede prevenir?
La nutrición juega un papel importante en el tratamiento y prevención del padecimiento. Entre los alimentos que deben evitarse se encuentran los embutidos, alcohol, queso, té, café, tomate, cítricos, refrescos y comida frita.
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