Con la exposición al sol, el esfuerzo físico y la exposición a altas temperaturas pueden llevan a que el cuerpo no pueda regular su propia temperatura causando una insolación. Con la llegada del verano existe más riesgo de sufrir una insolación o golpe de calor, ya que las altas temperaturas y también la humedad excesiva pueden producir la deshidratación del organismo.
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¿Cómo identificar una insolación?
- Temperatura corporal de 40 grados o más
- Pérdida del conocimiento
- Convulsiones
- Dificultad para respirar
- Frecuencia cardíaca rápida
- Vómitos y diarrea intensa.
Un golpe de calor es producido porque el cuerpo no es capaz de mantener una temperatura baja. Normalmente, regulamos la temperatura de nuestro cuerpo mediante la sudoración: expulsamos agua que al evaporarse nos enfría.
Según médicos, las altas temperaturas pueden generarnos un golpe de calor o agotamiento, la temperatura corporal promedio de un ser humano ronda los 37°C, pero en el ambiente puede soportar temperaturas más altas siempre u cuando esté hidratado.
Según expertos, al exponerse a altas temperaturas se puede generar lo siguiente:
- 41°C: muerte de células
- 55°C Deshidratación
- 62°C Riesgo de fallecer.
Según los expertos, se cataloga como ola de calor cuando supera cierto valor de temperaturas por tres días consecutivos. Las autoridades recomiendan mantenerse hidratado y no exponerse al sol por tiempos prolongados.
Expertos recomiendan lo siguiente para evitar una insolación.
- Evitar la exposición directa al sol, sobre todo en las horas centrales del día, y usar cremas de protección solar.
- No quedarse en sitios cerrados como puede ser el coche.
- Vestir ropa adecuada y ligera.
- Beber abundantes líquidos, pero sin necesidad de forzarse.
- No beber alcohol ni cafeína.
- Utilizar ventiladores y, en casa, ventilar durante la noche.
- Mojarse o bañarse.
- Reducir la actividad física durante las horas más cálidas.
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