El sábado 20 de mayo, en la noche, lo que sería un evento de ocio y diversión para los salvadoreños, se convirtió en un momento caótico, de confusión, estupor y horror.
Ni tristeza, ni angustia, sino algo sumamente doloroso. Así describe la doctora Ligia Rivas el momento que le tocó por vivir la trágica noche del sábado, en el estadio Cuscatlán. «Yo venía llorando, porque duele» cuenta.
En ese momento, los segundos fueron trágicos. Cada minuto que pasaba, el temor y la angustia se apoderaban más de los espectadores, tanto de los que estaban dentro del recinto, como de los que seguían la señal por televisión.
La heroína de dos camisas disfrutaba el partido del Club Deportivo FAS, a quien apoya desde hace mucho tiempo. Al darse cuenta de lo que ocurría, sus colores pasaron a segundo plano, y sobre ellos, se impuso su vocación de médico, con una única misión: salvar vidas.
Video TCS/ Reportaje elaborado por: Diana Barillas.
“Yo estaba en platea, cuando vi que comenzaron a pasar con personas en camillas me decía que no podía quedarme de brazos cruzados. Pero en el momento que observé a un jugador de FAS con un niño en brazos… cuando vi eso, me conmovió tanto que comencé a gritar a la policía que era médico, y que podía ayudar” relató la doctora Ligia.
Rivas comenta que, en ese momento, los agentes le dijeron que no era posible entrar a la cancha, por portar la camisa del FAS. Ni lento ni perezoso, un aficionado del Alianza le presta la suya, de modo que ingresa y comienza con la labor humanista que tanto aprendió en sus años de Medicina: ayudar a los lesionados.
Tragedia en el Cuscatlán
Mientras pasaban los minutos, más gente se acumulaba en el engramillado. Las personas trataban de oxigenar a los caídos, dándoles aire con sus camisetas. La imagen era paralizante.
La noche del 20 de mayo pasará a la posteridad como una de las peores tragedias en la historia del país. Lo que se preveía sería un encuentro deportivo a disfrutar con la familia o amigos, terminó con un saldo de 12 muertos, 88 heridos, 310 llevados a centros asistenciales, y más de 500 atendidos en el lugar, según Protección Civil.
Por ahora, las autoridades se encuentran investigando y determinando las responsabilidades que derivaron en la noche más negra en la historia del fútbol salvadoreño.
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