Esta mañana, en la entrevista “Frente a Frente”, el médico pediatra, Ángel Duarte, habló sobre la herpangina que afecta a los menores de edad.
El doctor indica que, en los últimos meses, se ha observado cuadros de este tipo. Una enfermedad que se expresa en los pacientes como pequeñas vesículas de color blanco en el paladar, encías y mejillas. Según el especialista, este mal puede ser doloroso en algunos casos, y provocar fiebre y pérdida de apetito.
¿Qué produce la herpangina?
El padecimiento lo causa el virus coxsackie del grupo A, pero también puede ser producto del conjunto B.
La transmisión es contagiosa, y es posible que se dé en lugares como escuelas y guarderías. Se trasfiere de forma fácil entre personas, indican los expertos.
Por lo general, la herpangina se transfiere a través del contacto con materia fecal, o pequeñas gotas de una persona infectada, cuando estornuda o tose. Los virus logran permanecer durante varios días en objetos compartidos, como juguetes, y por tanto pueden propagarse a través del contacto indirecto.
De acuerdo con los especialistas, este virus afecta a menores de entre los tres y 10 años.
Video/TCS.
Más sintomatología
La herpangina se manifiesta con estos otros síntomas:
- Cefalea
- Faringitis
- Malestar general
- Vómitos en lactantes
- Disfagia, la dificultad para tragar alimentos sólidos o líquidos.
- Pérdida de apetito: los niños no quieren comer y están más irritables que de costumbre, debido al dolor de las llagas.
- Dolor de espalda.
Método para prevenirla
- Los médicos indican que no hay vacuna. Lo más recomendable es tomar medidas de precaución, las cuales, aunque no garanticen no contagiarse, sí reduce de manera significativa el riesgo de infectarse.
- Entre las opciones que recomiendan se halla el lavado de manos frecuente con agua y jabón, tanto del niño como de quienes lo cuidan.
- No llevar al colegio o la guardería donde se han producido los brotes. Los infantes que no tienen síntomas, o se han curado, pueden seguir propagando el virus durante varias semanas.
- Desinfección con productos a base de cloro, en superficies que hayan podido estar en contacto con secreciones de la boca, respiratorias o heces de personas infectadas.
- En cualquier caso, la enfermedad deja inmunidad, pero cabe la posibilidad de volver a contagiarse por otros enterovirus.
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