En conmemoración del “Día del Padre”, en la cápsula que presenta Fundación TCS en su programa social “Cosas Buenas”, relatan la historia detrás de Robert Totterdam, un papá multicultural.
En busca de travesías y olas, Robert encontró El Salvador, quien compartió que se encuentra radicado en el pulgarcito desde 1973, “este era el lugar indicado, para surfing», aseveró.
Además de establecerse en el territorio, tuvo la oportunidad de formar una familia con una salvadoreña. Asimismo, Rotterdam mencionó que no estaba en sus planes el encontrar a su pareja ideal en aquel entonces, porque se encontraba en un viaje de aventuras y surf.
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Orgulloso de estar en El Salvador
Sin embargo, aparte de que lo flechó la nación, lo enamoró la madre de sus hijos y especificó que, su español no era el mejor, pero con lo poco que sabía en ese entonces era suficiente para comunicarse con su pareja. Posteriormente, en 1974, se casaron y el próximo año cumplirán 50 años de casados.
Por su parte, explicó que ha sido todo un reto ser padre y no importa el lugar donde se ejerza la paternidad, siempre es todo un desafío. “El padre tiene que ser padre, donde estés. Si estás en El Salvador, si estás en Italia o los Estados Unidos. Con mi señora y mis hijos, hemos cumplido, creo, con ese reto”, destacó.
El extranjero detalló que El Salvador es su país adoptivo y durante todos estos años que ha estado viviendo en el pulgarcito, su relación con los salvadoreños ha sido la mejor. Porque los habitantes de la nación son graciosos y humildes, agregó.
No obstante, enfatizó en que después de pasar un tiempo en el territorio salvadoreño, ya no logró regresar a su tierra natal; ya que, se enamoró tanto, que se le hizo difícil volver a sus orígenes.
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