Un sumergible con cinco personas a bordo, incluido un multimillonario, que planeaba explorar los restos del Titanic, perdió comunicación con la embarcación que lo llevó al punto de descenso, en medio del Atlántico Norte, una hora y 45 minutos después de bajar, el domingo pasado.
Hasta el momento, no se conoce nada del buque, y la Guardia Costera de EE.UU. trabaja a contrarreloj para ubicarlo. Pues el mismo dispone de oxígeno hasta 96 horas, es decir, hasta el jueves.
Se ha identificado que en el buque iba un piloto y cuatro especialistas de misión. Los tripulantes incluyen al empresario británico, Hamish Harding, el CEO de la empresa que organizaba el viaje y dueña del sumergible Titán, Stockton Rush, el buzo y explorador francés, Paul Henry Nargeolet, y un padre e hijo paquistaníes.
Ayer, la empresa OceanGate dijo que estaban haciendo todos los esfuerzos para traer de vuelta a salvo a la tripulación:
«Todo nuestro enfoque está en los miembros de la tripulación en el sumergible y sus familias. Estamos profundamente agradecidos por la amplia asistencia que hemos recibido de varias agencias de Gobierno, y empresas de alta mar en nuestros esfuerzos por restablecer el contacto con el sumergible».
Misión Titanic: aire y mar
La Guardia Costera ha dicho que la búsqueda del submarino es su prioridad ahora mismo, y que han comenzado una inmersión con un vehículo a control remoto en el punto de descenso. El Pentágono envió aviones de búsqueda al área, y un buque de investigación francés con un submarino robot se ha unido al operativo.
La Guardia Costera no quiere descartar que el sumergible pueda estar en la superficie.
La Marina de EE.UU., la Guardia Costera de Canadá, y las Fuerzas Armadas de Canadá se han unido a la complicada operación.
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