Los cuerpos de siete personas aparecieron desmembrados frente a la iglesia del barrio de San Mateo de Chilpancingo, capital del sureño estado mexicano de Guerrero.
Según las investigaciones policiales, todos pertenecían a la misma familia, que había sido dada como desaparecida desde el pasado 9 de junio.
Al parecer, una llamada anónima durante la madrugada del sábado dio la voz de alarma. El confidente desconocido confirmó que había una camioneta con luces encendidas, con cinco cabezas dentro del maletero.
Detrás de ellas se encontraban dos notas. Una de ellas dirigida a la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, y la otra para el procurador de la misma ciudad, Andrei Marmolejo Valle.
Cuando los agentes llegaron descubrieron que el resto de cuerpos permanecían en el interior, y otras extremidades esparcidas por el pavimento. Por lo que las autoridades cerraron la calle, para llevar a cabo las investigaciones y el levantamiento de cadáveres.
La familia fue secuestrada
La Fiscalía General del Estado de Guerrero detallaron que los restos encontrados correspondían a cinco hombres y dos mujeres.
Días antes de su muerte, las siete víctimas aparecieron junto a otros hombres en un vídeo que circuló en redes sociales. En el metraje, confesaron haber participado en el asesinato del director del Hospital Comunitario de Quechultenango, Miguel Ángel Casarrubias Pérez, ocurrido este mes.
Las primeras hipótesis señalan que dicho crimen estaría relacionado con el hecho de que el director del centro sanitario atendía a miembros del grupo criminal de Los Ardillos, el cual opera en distintas zonas del estado de Guerrero.
Caso similar de cuerpos desmembrados en una familia
Un hecho similar ocurrió en 2015, donde ocho personas de una misma familia, entre ellas dos adolescentes, fueron secuestradas y asesinadas. Sus cuerpos decapitados se esparcieron en comunidades del llamado triángulo dorado, una zona del norte de México con fuerte presencia del narcotráfico.
Según investigaciones, un comando armado con vestimenta militar y los rostros cubiertos secuestró a la familia Martínez, mientras viajaban en una camioneta.
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