El herpes labial, también llamado herpes febril, es una infección viral frecuente. Se trata de pequeñas ampollas llenas de líquido, sobre los labios o alrededor de ellos. Estas, a menudo, se agrupan formando manchas. Después de que se rompen, surge una costra que puede durar varios días.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Damaris Gómez.
Según los especialistas, los virus del herpes se propagan de las personas que tienen un brote activo, o una lesión de herpes. Se contraen de la siguiente manera:
- Tener contacto íntimo o personal cercano con una persona infectada.
- Tocar una lesión de herpes abierta, o algo que haya estado en contacto con el virus, como máquinas de afeitar, toallas, platos y otros artículos que se comparten.
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No hay cura para el herpes labial, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los brotes. Las píldoras o cremas antivirales recetadas sirven para que las llagas sanen más con rapidez, y pueden reducir la frecuencia, la duración y la gravedad de futuros brotes.
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Síntomas del herpes oral
Un herpes labial, por lo general, pasa por varias etapas:
- Hormigueo y picazón: muchas personas sienten esto o ardor alrededor de los labios un día antes de que aparezca un punto pequeño, duro y doloroso, y salgan las vesículas.
- Ampollas: Llenas de líquido, suelen aparecer a lo largo del borde de los labios. A veces, surgen alrededor de la nariz o las mejillas, o dentro de la boca.
- Secreción y costras: las pequeñas ampollas pueden fusionarse y luego reventarse, y dejar llagas abiertas poco profundas, que presentan secreción y forman una costra.
Casi todo el mundo corre el riesgo de tener herpes labial. La mayoría de los adultos son portadores del virus que lo causa, aunque nunca han sufrido síntomas. Por ello, el médico Guillermo Jarquín anima a tomar las siguientes recomendaciones:
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