El sector agrícola enfrenta una situación crítica debido a la disminución en la producción, tomando en cuenta, además, los altos costos de consumo, la poca de mano de obra y los efectos del cambio climático agravan más esta problemática, poniendo en riesgo su estabilidad.
Bajo el sol, don Pedro Ortega recorre parte de sus cultivos de frijol y, con ello, verifica las pérdidas que ha dejado este ciclo agrícola, considerando los fenómenos climatológicos, como es el caso de las lluvias y las sequías.
En su experiencia como agricultor, don Pedro indica que, el mes de octubre fue un periodo seco y luego apareció una época lluviosa en la que los temporales azotaron lo poco que había logrado alcanzar floración. Lo anterior desencadenó pérdidas en la cosecha 2024-2025.
Video/TCS/Reportaje elaborado por: Lissette Santamaría.
Su historia se suma a los de miles de agricultores que viven en el occidente del país, en esta zona se perdió casi el 100% de las siembras, aquí se incluye el frijol y el maíz.
Los retos en este sector son grandes, ya que la problemática no solo está relacionada con el cambio climático, sino que también se añaden otros factores, como es el caso de la poca mano de obra y los altos costos en los insumos. Don Pedro reitera que al no darse una política de auxilio se puede terminar por completo la práctica de los cultivos.
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Pérdidas en el sector agrícola:
Solo el paso de la tormenta tropical Sara, en noviembre, causó pérdidas de casi dos millones de quintales de maíz y frijol. Una cantidad que está valorada en $65 millones de dólares, así lo indica la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO). El frijol fue el grano más afectado, especialmente en las siembras de subsistencia.
Ante este escenario, Luis Treminio, presidente de CAMPO, espera que este déficit se cubra con las importaciones, una opción que no es la más recomendable, pero que puede mitigar, en estos momentos.
En las proyecciones del 2025 – 2026 se espera que sea mejor y se recupere mejores cosechas en las que se ayude la economía local y las familias que viven de esta actividad, ya que este año se perfiló como el más bajo en los últimos ocho años.
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