A sus 16 años, Anita habría de demostrar su valentía y amor a la vida cuando un 4 de abril de 1943, su vivienda sufrió un incendio. Ella salió a pedir ayuda, pero nadie la escuchó. Adentro de la casa en llamas estaban sus sobrinos de siete y dos años de edad.
Anita entró a su morada, y en medio del fuego rescató primero al más chico de los niños, y luego volvió para auxiliar al segundo. En ese momento, una viga en llamas cayó sobre su espalda, derribándola al suelo.
Anita logró salir de la trampa mortal consiguiendo rescatar a su sobrino, pero el fuego se adhirió a sus ropas y cuerpo.
José Agustín Alvarado es el menor de los pequeños que Anita salvó de morir en el siniestro, y el único que aún sobrevive, pues Ignacio, su hermano mayor, falleció por problemas de salud en el 2004.
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Anita perdió la vida dos días después en el hospital de Cojutepeque, muriendo el 6 de abril de dicho año. En su memoria, una escuela lleva su nombre.
Sin embargo, su legado habría de permanecer más vivo que nunca. Desde 1973, cada 25 de julio, se conmemora en El Salvador el Día del Alumno, en homenaje al natalicio de la heroína Anita Alvarado, quien ofrendó su vida por rescatar a sus seres queridos.
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Pintura de Anita
De Anita solo se conoce la descripción física que dan verbalmente sus familiares y algunos vecinos, ya que no existe ninguna fotografía que revele cómo era la adolescente, pues el incendio acabó con todos los recuerdos. Sin embargo, en la escuela que lleva su nombre se encuentra una pintura que se asemeja a ella en vida.
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