El presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, fue arrestado alrededor de las 10:33 de la mañana del miércoles (hora local) en un operativo llevado a cabo en su residencia. La detención ocurrió luego de varias horas de tensión entre las autoridades y los simpatizantes del mandatario. La operación se extendió durante casi seis horas, desde las 4:20 de la madrugada (hora local) hasta pasadas las 10:00 de la mañana.
Un equipo especial llegó a la residencia de Yoon para ejecutar la orden de arresto. Además, la presencia de cientos de manifestantes, tanto a favor como en contra del mandatario, complicó el acceso de las autoridades. Sin embargo, tras horas de negociaciones y enfrentamientos menores, escoltaron a Yoon afuera de su vivienda bajo fuertes medidas de seguridad.
Yoon Suk-yeol enfrenta acusaciones de corrupción, abuso de poder y presuntos vínculos con irregularidades en contratos gubernamentales. Según las autoridades, las pruebas recopiladas durante meses de investigación fueron suficientes para proceder con su arresto, convirtiéndolo en el primer presidente en funciones en la historia del país en ser detenido bajo estas circunstancias.
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Un día antes se llevó a cabo el juicio de destitución del presidente surcoreano. La Asamblea Nacional lo había suspendido de sus funciones tras haber impuesto el mes pasado la ley marcial.
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