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jueves, 21 noviembre, 2024

¡Artesanos de Ahuachapán mantienen vivo el festival de los farolitos!

Este día, 7 de septiembre, se celebra el festival de los farolitos en Ahuachapán. Una festividad en honor a la Virgen Niña.

El Día de los Farolitos es una de las celebraciones más importantes en Ahuachapán. Esta se caracteriza por ser una festividad donde los participantes iluminan las calles del municipio con faroles.

Su relevancia es tal que desde 2014 fue denominado por la Asamblea Legislativa como Patrimonio Cultural de El Salvador. Por ello, cientos de artesanos trabajan con varios meses de anticipación en la elaboración de los farolitos. Los cuales están hechos con madera y papel celofán.

Este es el caso del carpintero Carlos Alvarado, quien se ha dedicado por muchos años a realizar más de 1,000 faroles anuales. Además, él junto con su equipo de trabajo, que son más de 15 personas, enfatizan sentirse orgullosos de que las propias manos de pobladores de Ahuachapán hagan los productos.

Video/TCS. Reportaje elaborado por Sofía Chi.

Alvarado acotó que un farolito básico tiene unos 15 centímetros de alto por 6 de largo, pero hay algunos que pueden medir hasta más de un metro.

Video/TCS

Los organizadores de este festival han indicado que tienen planificado colocar más de 10,000 farolitos frente al palacio municipal. Además, esperan la visita de miles de turistas.

Las actividades comienzan desde temprano con una variada oferta gastronómica en el parque central del pueblo de Ahuachapán. La pintoresca tradición se ha extendido a otros pueblos de la zona occidental, como Concepción de Ataco y Apaneca.

Imagen: TCS

Historia de los farolitos

El Día de los Farolitos nace con la llegada del catolicismo a El Salvador, traído por los españoles; este celebra el nacimiento de la Virgen María. Todos los 7 de septiembre, las familias, iglesias, instituciones educativas y de Gobierno decoran las fachadas, pasillos y jardines con faroles, hechos a mano e iluminados por velas.

Además de los faroles, los visitantes observan ramas que simulan pequeños árboles de navidad, o algunas estructuras de madera que también forman parte de la decoración para esa fecha especial.

Se cuenta que la tradición cobró un auge especial a raíz del terremoto de 1850, que forzó a los lugareños a dormir en las calles e iluminar la ciudad con velas, y así ser protegidos por la Virgen.

Video/TCS

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