El corazón del Vaticano latió al ritmo de la fe, la gratitud y la esperanza este sábado 26 de abril. Desde tempranas horas, unas 250,000 personas colmaron la Plaza de San Pedro para despedir al papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril a los 88 años.
A las 10:00 a.m. (2:00 a.m. hora de El Salvador), comenzó la misa fúnebre del primer papa latinoamericano, el hombre que durante más de una década transformó el rostro de la Iglesia Católica, acercándola a los más vulnerables y alejándola de los lujos tradicionales. A la ceremonia acudieron al menos 50 jefes de Estado, miembros de casas reales, líderes religiosos y miles de fieles.
Entre los asistentes más destacados estuvieron Donald Trump, presidente de EE. UU., junto a su esposa Melania; Emmanuel Macron, presidente de Francia; Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania; Javier Milei, presidente de Argentina; Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil; Felipe VI y la reina Letizia de España; el príncipe Guillermo, en representación del Reino Unido; Giorgia Meloni, primera ministra de Italia; y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
La ceremonia fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, quien bendijo el ataúd con agua bendita y lo incensó, siguiendo la tradición de purificación del alma. El féretro, sencillo y austero como Francisco había solicitado, fue trasladado en el papamóvil, acompañado únicamente por oraciones y el llanto contenido de los asistentes.
Siguiendo su expreso deseo, Francisco fue enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, junto a la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, que acompañó su vida y su pontificado. Tras la ceremonia pública, el cortejo avanzó en silencio hacia el templo mariano, donde se realizó una sepultura privada. Su tumba, de mármol blanco de Liguria, lleva solo una inscripción sencilla: «Franciscus», acompañada de su cruz pectoral de hierro.
Más de 10,000 personas, entre policías, médicos, agentes de tráfico y voluntarios, conformaron el operativo de seguridad y logística que permitió que el último adiós se desarrollara en un ambiente de respeto y tranquilidad.
