Una auténtica locura. Así se puede describir la victoria del Barcelona ante el Villarreal por marcador de 4-3 en el Estadio «La Cerámica».
Partido de 7 goles, que pudieron ser muchos más, pero los postes y las actuaciones heroicas de los guardametas lo impidieron.
Mejores incidencias
Con muchas ausencias, el combinado culé encontró una ventaja de dos goles en el primer cuarto de hora. Gavi y Frenkie de Jong fueron los encargados de abrir el telón.
Pero antes de que la primera parte llegara a su fin, el Submarino Amarillo emparejó las acciones por intermedio de Juan Foyth y Alexander Sorloth.
Con el encuentro empatado 2-2 inició el segundo tramo. El conjunto local se animó y consiguió la remontada gracia una corrida formidable de Alfonso Pedraza desde la banda que terminó en anotación gracias al tiro cruzado de Alex Baena.
Parecía que «Quique» Setién había dado con la tecla para vencer a su exequipo, pero todo vino abajo.
El Barcelona resurge
En su intento de igualar el marcador, los azulgranas mandaron dos balones en el travesaño. Hasta que Ferran Torres sacó un disparo bocajarro para poner el 3-3.
En ese momento todo estaba para cualquiera. Con la zaga del Villarreal muy abierta, el joven Lamine Yamal tomó la batuta y, emulando a Messi, encaró desde la derecha para sacar un tiro potente. El balón chocó en el poste y quedó en los pies de Robert Lewandowski, quien remató a puerta vacía para darle la vuelta al choque.
En los últimos compases, tanto Filip Jorgensen como Ter Stegen respondieron bajo palos para que el resultado no se moviera.
Duelo vibrante para el espectador, pero que dejó en evidencia las carencias defensivas de ambos bandos.
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