El actor británico, Benedict Cumberbatch, vivenció hace unas semanas un momento realmente aterrador y extraño, tras ser amenazado, junto a su familia, en su propia casa, por un chef armado con un cuchillo.
De acuerdo, a la prensa del Reino Unido, el suceso ocurrió en su mansión de Londres hace un tiempo; sin embargo, el hecho acaba de salir a la luz y desconocen la fecha exacta del incidente. Por lo que, colocan al protagonista del filme, “Doctor Strange” y a su familia, en el foco mediático, despertando la preocupación de los británicos.
La familia de Cumberbatch vivió momento de tención
El actor, de 46 años; su esposa, la directora teatral, Sophie Hunter, y sus tres hijos, Christopher, de 7 años; Hal Auden, de 5; y Finn, de 4, se encontraban al interior de su casa, ubicada al norte de Londres. Cuando de repente comenzaron a escuchar gritos que provenían del jardín.
Enseguida, un hombre ingresó hasta la puerta de la residencia y empezó a insultar a gritos a la familia. “Sé que te has mudado aquí y espero que arda”, expresaba. Asimismo, extrajo una de las platas; rápidamente, la lanzó contra una de las paredes de la casa y, por si fuera poco, escupió en el telefonillo de la vivienda, arrancándolo con la ayuda de un cuchillo.
El sujeto que amenazó a la familia Cumberbatch, fue identidad con el nombre de Jack Bissell, de 35 años, quien es un cocinero que trabajó en el Beaumont, un exclusivo y prestigioso hotel de 5 estrellas situado en Mayfair, un área lujosa de elegantes casas estilo townhouse georgianas.
Según, una fuente cercana al famoso, le dijo al medio internacional “Daily Mail”, que fue un momento de mucha tensión. “Como es natural, toda la familia estaba absolutamente aterrorizada y pensaron que ese hombre iba a entrar en su casa y a hacerles daño”, aseveró.
“Por suerte nunca llegó tan lejos. Benedict y Sophie han pasado muchas noches sin dormir, preocupados por convertirse otra vez en un objetivo”, agregó la fuente.
Hasta el momento, se desconocen los motivos que llevaron a Bissel a cometer dicha acción. No obstante, su condena consistió en una multa de 250 libras (casi 290 euros) y en una orden de alejamiento durante 3 años de la familia.
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