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miércoles, 18 septiembre, 2024

BID: Solo el 12% de las personas mayores de 65 años poseen pensión

El último, informe del BID menciona que solo el 12 % de la población salvadoreña mayores de 65 años cuentan con una pensión y el 88 % no.

Una pensión tiene como objetivo ser un seguro económico al momento de llegar a la tercera edad o en el punto que la persona tiene que jubilarse. Sin embargo, en el Banco Interamericano de Desarrollo en el país, un mínimo porcentaje de personas poseen una pensión.

¿Qué factores impiden para que el número de pensiones aumenten? A continuación, los expertos amplían sobre el tema.

En un primer plano se consultó a la población algunos aspectos que pueden influir para que muchos salvadoreños no cuenten con un servicio previsional.

Población opina sobre la cobertura de pensión

Ena Cordero, es una salvadoreña que explica que a lo largo de su vida no logró tener una formación académica, una dificultad que no le permitió optar por un empleo formal y solo se ha dedicado a buscar ingresos propios mediante la venta de alimentos.

Por su parte, Catalino García menciona que la mayoría de las personas de la tercera edad en la actualidad es difícil, sostener sus gastos, por el hecho de que los servicios son altos y con trabajos informales no se logra obtener esos costos.

El último informe del banco Interamericano de Desarrollo (BID), menciona que en El Salvador solo el 12 % de la población adulto mayor entre los 65 años, poseen pensión. Mientras que el 88 % no tiene.

Ante estos datos, los expertos en economía mencionan que esto es el resultado y producto del mercado laboral en el país durante muchas décadas.

Ricardo Castaneda, economista, explica que, por una parte, estas cifras son parte de que la mayoría trabaja en negocios o emprendimientos propios. Entre los grupos más grandes detectados se señalan a las mujeres que no tienen la posibilidad de cotizar.

Video/TCS

¿Qué se debe hacer para ampliar esa prestación?

Rafael Lemus, es otro economista que sugiere que se amplíe y se dé más consistencia y una fuente de financiamiento seguro a un esquema de pensiones no contributivas, accesible a grupos catalogados como “pobres” en extrema pobreza.

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