La hepatitis vírica es una enfermedad del hígado provocada por la infección de distintos virus. Estos se diferencian por las letras: A, B, C, D, E y F. A cada tipo de hepatitis que producen, se le añade también la letra del virus que ha causado la infección. La hepatitis puede ser:
Aguda: es una dolencia leve que dura poco tiempo.
Crónica: es la tipología más grave que se mantiene a lo largo de la vida.
Video TCS/ Reportaje: Diego Valenzuela.
¿Qué síntomas causa la hepatitis C?
La hepatitis C es una enfermedad silenciosa, ya que en la mayoría de los casos la persona afectada no tiene conciencia que la padece. Aproximadamente un 80% de los casos no presentan síntomas luego de una infección inicial. Los síntomas que aparecen son comunes a la hepatitis A y B, y son muy parecidos a los de la gripe; entre ellos están:
- Disminución del apetito
- Náuseas
- Dolor muscular o de las articulaciones
- Pérdida de peso
- También puede aparecer ictericia, que es la coloración amarillenta de la piel y los ojos
¿Cómo se contagia la hepatitis C?
La infección del virus C es parenteral, esto quiere decir que se transmite por la sangre, por lo que no es tan fácil de contagiarse.
- Recibir una transfusión de sangre: sobre todo, si esa transfusión se ha realizado antes de 1991, porque hasta ese año no se hacía análisis del virus C en las trasfusiones, de ahí que muchísimas personas se infectaran.
- Consumir drogas inyectables y compartir el material de inyección, como las jeringuillas.
- Practicar relaciones sexuales de riesgo: es decir, en las que hay peligro de sangrado. Para evitar esta infección, lo mejor es la utilización de preservativos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 58 millones de personas tienen infección crónica por el virus de la hepatitis C, y cada año se producen alrededor de 1.5 millones de nuevas infecciones. Además, 3.2 millones de adolescentes y niños padecen de infección crónica por el virus de la hepatitis C.
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