Walt Disney World, en Orlando, Florida, es conocido como el lugar donde los sueños se hacen realidad y para Gilberto Rivera, un joven salvadoreño de 28 años, ese sueño también se volvió propio. Hoy es chef ejecutivo en uno de los resorts más exclusivos del parque temático, pero su historia es de perseverancia, pasión y orgullo por sus raíces.
Gilberto llegó a Estados Unidos en 2015 con un objetivo claro: superarse. Su camino no fue fácil, pero su determinación lo llevó de lavar platos a liderar cocinas de alto nivel.
“Inicié trabajando en lo más bajo que se puede decir en las cocinas: lavando platos. Poco a poco fui subiendo, luego fui cocinero de línea, después subchef… En cuestión de nueve meses me convertí en chef de cocina y en seis meses fui promovido, básicamente, a segundo chef ejecutivo del resort”, cuenta con orgullo.
Video/TCS/ Reportaje elaborado por Mónica Linares
Aunque su especialidad es la comida mexicana, Gilberto no pierde la oportunidad de dar a conocer la gastronomía de El Salvador. “Como salvadoreño yo puedo demostrar por medio de mi comida lo que realmente nosotros somos. El 15 de septiembre del año pasado me tocó hacer 200 pupusas de queso para el festival hispanoamericano del resort. La gente quedó encantada con la comida y eso me llenó de orgullo porque a nosotros, los salvadoreños en Estados Unidos, nos conocen como trabajadores”.
Su familia ha sido testigo de ese esfuerzo desde los primeros años. Xochilt de Rivera, su cuñada, recuerda cómo Gilberto mostraba su inclinación por la cocina desde niño.
“Lo conocí desde que tenía como ocho años. Me acuerdo que le encantaba cocinar. Mi suegra tenía una cafetería en una universidad de San Salvador y él le ayudaba por las tardes a hacer típicos. Yo lo veo como un ejemplo porque si te gusta algo te apasiona algo desde pequeñito y tenés las oportunidades de hacerlo las vas a aprovechar”, comenta.
A pesar de su exigente trabajo, Gilberto también estudia una maestría en manejo de restaurantes, buscando perfeccionar su formación y crecer aún más. Definitivamente, Gilberto es un salvadoreño ejemplo de esfuerzo, pasión y sobre todo disciplina.