China declaró el miércoles que está dispuesta a negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos, siempre que Washington ponga fin a las amenazas y chantajes, y dialogue sobre la base de igualdad y respeto.
«No queremos pelear, pero tampoco tenemos miedo de pelear. Si quieren pelear esa guerra, pelearemos hasta el final y si quieren hablar, las puertas para las conversaciones están abiertas de par en par», enfatizó el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.
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Estas declaraciones surgieron después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, mencionara el martes la posibilidad de una reducción «sustancial» de los aranceles a la segunda mayor economía mundial.
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También el martes, el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, afirmó en un evento cerrado que los aranceles equivalen a un embargo comercial recíproco y pronosticó una desescalada en el conflicto bilateral, señalando que el enfrentamiento comercial entre las dos potencias no es sostenible.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha implementado aranceles adicionales del 145% a varios productos chinos, inicialmente por el papel de China en la cadena de suministro de fentanilo y más tarde por prácticas que Washington consideró desleales. Por su parte, Pekín ha respondido con tarifas del 125% sobre productos estadounidenses.