China registró un total de 31.444 nuevos casos el miércoles 23 de noviembre, de los que 27.517 eran asintomáticos, indicó la Oficina Nacional de Salud del país.
El récord precedente se remontaba a mediados de abril de este año, con 29,317 infecciones, coincidiendo con el confinamiento de Shanghái, la tercera ciudad más poblada del mundo, que se alargó durante dos meses y provocó problemas de abastecimiento para sus habitantes.
La Comisión Nacional de Sanidad de China también sumó dos fallecidos, con lo que la cifra total de muertes por la enfermedad asciende a 5,232.
Beijing anunció el 23 de noviembre, casi 1,500 nuevos casos, la inmensa mayoría asintomáticos, en una población de 22 millones de habitantes. Es la cifra más elevada en la ciudad, aunque muy baja respecto a los estándares internacionales.
Economía
China es la única gran economía del mundo que todavía persigue erradicar por completo el virus de su territorio con confinamientos de ciudades enteras, aislamiento de los contactos de positivos y test masivos, bajo la estricta política de “COVID cero”.
“Creemos que la reapertura será probablemente un proceso prolongado con altos costes”, escribieron los analistas de Nomura en una nota.
Los representantes comerciales recortaron su previsión del PIB para el cuarto trimestre al 2,4% interanual desde el 2,8%, y también recortaron su previsión de crecimiento para todo el año al 2,8% desde el 2,9%.
Sin embargo, en un reconocimiento de la presión sobre la economía, el gabinete del gobierno chino dijo que se utilizará recortes oportunos en las reservas de efectivo de los bancos, y utilizará otras herramientas de política monetaria para asegurarse de que hay suficiente liquidez, informaron a los medios de comunicación estatales.
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