La Asociación de Psicología Americana reconoce la ira como la representación más intensa del enojo. La cual se trata de un estado emocional, caracterizado por sentimientos de enfado, que pueden ser causados por sucesos internos o externos.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Daniel Ayala.
La ira es una emoción natural, que se produce ante situaciones que se perciben como injustas, o con la intención de atacar de manera deliberada. Es una de las emociones básicas y universales, y conlleva una alta activación fisiológica.
La ira puede ser provocada por diferentes motivos: miedo, decepción, frustración, inseguridad o incluso, falta de sueño. En general, se produce cuando las personas se sienten frustradas por algo.
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Según los especialistas, existen dos tipos de iras:
- Agresiva: culpan de su frustración a otra persona.
- Pasiva: evitan el conflicto.
Esta emoción es útil para enfrentar amenazas. Sin embargo, esto puede hacer que las personas tengan conductas violentas, y explosiones de agresividad.
Estrategias para manejar la ira
Los sujetos que tienen dificultad para gestionar la rabia, en especial, cuando son más agresivos, demuestran, en muchos casos, que no son capaces de controlarse. Sin embargo, las personas pueden aprender a expresar sus emociones de manera más adecuada. Algunas formas son:
- Conocerse a sí mismo: el autoconocimiento es indispensable para mejorar la gestión emocional.
- Aceptar la realidad: en la mayoría de ocasiones, el sufrimiento de las personas que sienten una gran rabia e impotencia, proviene de la no admisión de lo que sucede.
- Evitar las distracciones cognitivas: detectar los pensamientos que perjudican.
- Entrenar las habilidades sociales: tener una comunicación asertiva.
- Trabajar la autoestima.
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Aprender a gestionar la rabia, y todo lo que ello supone, no es algo que se logre con rapidez, o en pocos días. Requiere de mucha humildad, paciencia y ayuda psicológica.
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