Día a día, los residentes de la comunidad Flor Blanca 3, en Mejicanos, se ven entre la espada y la pared con la protección de sus viviendas. Basta con salir a la calle y darse cuenta de que, a pocos centímetros de esa salida, se encuentra un precipicio.
Aseguran que, desde la tormenta Amanda, el terreno donde están cimentados las casas, se está consumiendo, y tienen el temor de que, sin poder prever, junto con sus residencias, ellos también caigan al vacío. Una residente del lugar mencionó la preocupación nace, en verano, por cualquier temblor que suceda, y, en invierno, por las constantes lluvias que pueden volver a crear deslizamientos de tierra.
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Agregó que, la quebrada El Arenal, cuando se crece, también se convierte en un peligro agregado más, porque ya han tenido deslizamientos. Además, relató que, en una ocasión que fue percibido un temblor en la zona, hubo desborde.
Son 25 familias las que se encuentran en peligro. Los habitantes han colocado llantas, como una forma de evitar más deslaves. Rubidia de Rivas, residente, comentó cómo fue el proceso que se realizó para optar por esta medida.
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Una de las dificultades más grandes que tienen es la posibilidad económica. Aseguran que no han podido trasladarse a ningún otro lugar, debido a que no alcanzan a cubrir la cuota habitacional. María Mendoza, afectada, relató cómo se ha vivido en el mismo lugar.
«Siempre que hay invierno, tenemos ese problema de que se nos desbarranca el terreno y hay deslave. Por eso necesitamos una ayuda para que nos construyan un muro y que no tengamos ese problema», mencionó.
Dijo que también se tiene el temor por los niños, debido a que salen a jugar y pueden correr el riesgo de caerse al barranco. Hacen el llamado a las autoridades para que les solucionen y respondan a las necesidades que tienen en la Comunidad Flor Blanca 3.
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