Es bastante común, en Corea del Sur, que los jóvenes no quieran salir de su casa, permaneciendo así aislados del resto del mundo durante meses o incluso años. Este fenómeno, cuyo origen proviene de Japón, siendo identificado por primera vez en la década de los 90, se conoce como hikikomori, y se describe como un fenómeno psicopatológico y sociológico en el que las personas se retiran de la sociedad.
Se calcula que en Corea del Sur, alrededor de 350,000 jóvenes de entre 19 y 39 años padecen este aislamiento, según un informe del Instituto de Salud y Asuntos Sociales de dicho país.
Para combatir este fenómeno, el Ministerio de Familia e Igualdad de Género de Corea del Sur ofrecerá alrededor de 500 dólares mensuales (650.000 wones) a jóvenes, para motivarles a que salgan de sus hogares y socialicen.
Según la institución existen varios factores por los cuales los jóvenes se encuentran aislados, tales como:
- Dificultades financieras
- Enfermedades mentales
- Problemas familiares
- Problemas de salud
- Pandemia
Programa para los jóvenes
Las nuevas medidas están dirigidas a los jóvenes como parte de la Ley de Apoyo al Bienestar de la Juventud, que tiene como objetivo proteger a las personas apartadas de la sociedad, así como a los jóvenes sin tutor o protección escolar que corren el riesgo de delinquir.
El subsidio mensual estará disponible para individuos recluidos y solitarios de nueve a 24 años que vivan en un hogar con ingresos por debajo del pago nacional medio, definido en Corea del Sur como alrededor de 5.4 millones de wones ($4,165) por mes, para un hogar de cuatro personas.
Los jóvenes podrán utilizar la financiación disponible a través del plan para pagar gastos generales de manutención, material escolar y experiencias culturales.
Podrán solicitar el programa en un centro de bienestar administrativo local; sus tutores, consejeros o maestros también podrán presentar una solicitud en su nombre.
El informe del ministerio de salubridad de Corea detalló varios estudios de casos, entre ellos de un estudiante que había sufrido problemas de salud mental y dificultades para socializar desde la adolescencia. Luchó por adaptarse a la universidad, pero optó por no asistir y se encerró más en sí mismo.
El informe también puntualiza planes futuros para acciones adicionales, entre ellos:
- Distribuir pautas a los gobiernos locales.
- Impulsar las redes de seguridad social para jóvenes y los sistemas de detección temprana.
- Trabajar más de cerca con instalaciones de bienestar juvenil como refugios o centros de rehabilitación.
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