En Estados Unidos existen diversas categorías de visas laborales que pueden conducir a la residencia permanente. Las más destacadas son la EB-1, EB-2 y EB-3, cada una con requisitos específicos según el nivel educativo, la experiencia y las habilidades del solicitante.
Las visas EB-1 están dirigidas a personas con un alto nivel educativo, reconocimientos internacionales o empresarios de multinacionales. Para la EB-2, aplican profesionales con posgrados, como doctorados, maestrías o licenciaturas, siempre que puedan demostrar un alto nivel de conocimiento en ciencias, artes o negocios. Por otro lado, la categoría EB-3 permite la aplicación de personas con al menos cinco años de experiencia certificada en áreas demandadas.
Video/ TCS/ Reportaje por Alexander Montes.
Visas laborales adecuadas al perfil
El asesor migratorio Óscar Díaz enfatizó que los interesados deben informarse sobre cuál categoría es la más adecuada para su perfil. “El candidato debe contar con ciertas habilidades, estudios o experiencia. Lo más importante es asesorarse bien y si ha recibido una oferta de trabajo, determinar en qué categoría puede solicitar su visa de inmigración”, explicó.
Además, para las visas EB-3, no se requiere contar con un título universitario porque con la experiencia comprobable en oficios puede ser suficiente para aplicar. Entre las profesiones más solicitadas bajo esta categoría se encuentran cocineros, artesanos y músicos. Sin embargo, esta es la opción con mayor demanda, lo que suele generar tiempos de espera prolongados para su aprobación.
El asesor migratorio Edwin Salazar señaló que, aunque no se exige un grado académico avanzado, es fundamental demostrar las habilidades necesarias. “No es necesario contar con una maestría o doctorado, pero sí una habilidad comprobable. Cinco o diez años de experiencia hablan por sí solos y, en algunos casos, el conocimiento del inglés puede ser un requisito”, afirmó.
Residencia permanente puede tomar hasta cinco años
El proceso para obtener la residencia permanente inicia cuando el empleador presenta una certificación laboral ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), con el fin de verificar si el candidato cumple con los requisitos para una de estas visas. Posteriormente, el solicitante puede optar por el ajuste de estatus para obtener la residencia permanente, lo que puede tardar entre tres y cinco años.
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Salazar destacó que este procedimiento es un paso clave para la estabilidad en EE.UU. “Después de cumplir con el proceso de ajuste de estatus, la persona puede obtener su residencia permanente en un período de tres a cinco años, dependiendo de la categoría en la que aplique”, puntualizó.
Anualmente, se habilitan más de 100 mil visas
Cada año, el Departamento de Estado de EE.UU. habilita 140 mil visas laborales, con el objetivo de atraer talento y mano de obra especializada. Estas oportunidades permiten a los solicitantes no solo trabajar en el país, sino también iniciar el camino hacia la residencia permanente, siempre que cumplan con los requisitos establecidos por el sistema migratorio estadounidense.
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