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domingo, 24 noviembre, 2024

Dembélé debe tomar el mando

Dembélé debe asumir un liderazgo que conduzca al Barca por la senda del triunfo, y especialmente, de los títulos.

Mucho ha dado de qué hablar Dembélé en Can Barca desde su llegada en 2017. Muchas eran también las expectativas que recaían sobre el jugador, en ese momento en estado de gracia con el Borussia Dortmund y siendo codiciado por varios clubes europeos.

El Borussia ya había descubierto el potencial del francés cuando este jugaba en el Rennes, donde solo militó una temporada. Llegó el Dortmund, puso 15 millones de euros en la oficina, y se lo llevó a Alemania. Tiempo después el club sacaría un enorme rédito económico en su traspaso.

Una vez allí, en su primera y única temporada deslumbró con sus sobresalientes actuaciones, y su nombre no tardaría en sonar en el resto de Europa, y especialmente, en España.

El Barca puso mucho oído y finalmente pagó 140 millones más 40 en variables al club alemán para hacerse con los servicios del francés. Una locura total. Hasta el día de hoy, sigue siendo el fichaje más caro en la historia del Barcelona, seguido de Coutinho (135 millones) y Griezmann (120 millones).

Desde entonces, las noticias más repetidas han tenido que ver con su estado físico. Desgraciadamente, ha estado preso de una irregularidad en su rendimiento por las constantes lesiones que sufrió durante mucho tiempo. No tener una continuidad de juegos le pesa factura a cualquier futbolista, y especialmente a los de élite.

Las lesiones ocurrieron repetidamente desde su llegada hasta finales del año pasado, cuando sufrió su último accidente.

Dembélé lleva más de un año sin lesiones. La última fue una lesión muscular en diciembre de 2021 que lo hizo perderse tres semanas. En ese entonces, el equipo estaba a las órdenes de Ronald Koeman.

El propio jugador explicó en entrevista al diario Sport las razones de su mejoría en este aspecto. “Las lesiones venían porque a los 20 años no trabajaba como ahora. Y si quieres ser un gran jugador, hay que trabajar. La clave está en el trabajo fuera del campo, si no trabajas fuera del campo te lesionas seguro” dijo. Además, añadió que ahora trabaja más con los fisioterapeutas y con su fisio personal.

Y es que lo que vivió el jugador no fue fácil. Un total de 13 lesiones y 110 partidos perdidos escondieron por un tiempo las inmensas virtudes del oriundo de Vernon. Y si le sumamos el impacto psicológico al no llenar las enormes expectativas que cargó desde su llegada, todo se volvió más cuesta arriba para el francés.

Con Xavi se ha visto la mejor versión del futbolista y ha llegado su consagración. Dembélé no ha vuelto a lesionarse. Al contrario, ha sido elemento clave en el esquema del de Terrasa. Que no ha dudado en mostrarle su confianza y apoyo, deshaciéndose en elogios a su figura. “Es un jugador especial, no los hay como él” dijo en una entrevista reciente a medios del club.

En septiembre también le dedicó palabras mayores luego de la goleada al Viktoria Plzen: “La capacidad que tiene Dembélé en el uno contra uno se la he visto a pocos jugadores en mi carrera. Está al nivel del mejor Neymar cuando estaba aquí”.

El cariño es recíproco. “Mi relación con Xavi es especial, quiero seguir mucho tiempo a su lado. Desde que llegó vivo mi mejor momento en el Barça” declaró Ousmane a Sport. También añadió que fue clave para su continuidad en el equipo y que habla mucho con él y con Laporta.

Xavi fue el que más abogó por su renovación, y fue el que esclareció el camino cuando las negociaciones se habían estancado. Siempre ha estado en sus planes y lo ha dejado claro.

Dembélé renovó el pasado mes de julio hasta 2024, aceptando una rebaja del 40% respecto de su último salario. El francés dejó en claro que quería seguir y que se sentía bien en el Barca. Laporta encomió el esfuerzo del futbolista por apegarse a la estructura salarial del club.

Sin duda alguna, Xavi le ha cambiado la cara al francés, que hasta antes del Mundial destacaba en la Liga en categorías como asistencias, pases exitosos y construcción de juego. Se ha vuelto un imprescindible en el once del técnico, y ha depositado la confianza necesaria que el francés necesitaba para recuperar su nivel.

Sin embargo, no experimentó la misma suerte con la selección gala en el Mundial de Qatar. En base a la buena racha que acarreaba en el Barca, se esperaba un mayor protagonismo en los partidos de su selección. No fue así. Francia perdió la final contra Argentina en los penaltis, y Dembelé pasó menos que desapercibido en la justa mundialista. Jugó 6 de 7 partidos como titular, no hizo ningún gol y solo dio dos asistencias.

Pero la actuación que ha desatado la ira en Francia fue en la final. Dembelé no tuvo su mejor noche y se mostró muy errático en el campo, fallando pases, perdiendo pelotas, controlando mal, y para coronar, cometiendo el penalti a Di María que pondría por delante a Argentina. Deschamps no aguantó y lo sacó a los 40 minutos del primer tiempo.

La prensa francesa no ha tenido misericordia con el francés. “40 minutos indignos para la final de un Mundial” afirmó L’equipe. “Siempre llegaba tarde a las ayudas. Fue superado por Di María antes de cometer un penalti discutible. Además, todos sus primeros controles acabaron en las piernas del rival” finiquitó.

En la misma línea iba RMC: “Fue una sombra de sí mismo. Controló cada balón muy nervioso” sentenció.

Seguramente, esta discreta participación dejará herido a un Dembelé que está llamado a tomar el mando del ataque blaugrana, junto a Lewandowski. Hasta ahora, el polaco ha sido el atacante más virtuoso en la ofensiva del Barcelona, siendo el actual pichichi de la liga con 13 goles. Ousmane lleva 4 en el presente curso, quedando muy alejado de los primeros puestos.

En asistencias, es el segundo que más acumula, con 5, por debajo de Mikel Merino de la Real Sociedad, con 6. Abajo de Dembelé también se encuentra Lewandowski, con 4, siendo el tercero mejor. Esto refleja la polivalencia del polaco, que es un delantero total, porque anota tanto como abastece.

El jugador francés no ha tenido un mal rendimiento, al contrario, se le ve más involucrado en el juego que en años anteriores, y está siendo decisivo en algunos encuentros. Pero hay una pequeña espinita que ha tenido clavada desde su arribo a la ciudad condal: la irregularidad. El francés es tan capaz de hacer actuaciones memorables (ante el Plzen o Athletic) como grises (ante el Madrid o el Inter), y esto no sienta bien en la afición culé.

El barcelonismo reclama que su fichaje más caro tome el vuelo de la constancia. Un vuelo que parecía a punto de arribar pero cuya participación en Qatar ha dejado en puntos suspensivos.

En la ciudad no se respira un aire de triunfo desde hace mucho y con Xavi la esperanza es altísima. Eliminados de la Champions, las aspiraciones del Barca, y quizá la misma continuidad del técnico, se reducen a ganar La Liga y la Europa League. Y parte de ellas pasan por los botines de Dembelé, que tendrá la última palabra.

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