En su primera gran entrevista desde que ganó las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre, Donald Trump, mantiene su promesa de deportar inmigrantes sin papeles, pero asegura que inicialmente la centrará en aquellos que han cometido delitos.
Trump también dijo que planea tomar medidas ejecutivas en su primer día en el cargo para tratar de poner fin a la ciudadanía estadounidense por derecho de nacimiento, que confiere la ciudadanía a cualquier persona nacida en Estados Unidos, independientemente del estatus migratorio de sus padres.
Posteriormente, su administración enfocará esfuerzos en otros grupos de inmigrantes indocumentados. Trump defendió esta política argumentando que es necesario cumplir con las leyes migratorias del país.
Sin embargo, también expresó su disposición para trabajar con los demócratas en una solución que permita a los «dreamers» (inmigrantes indocumentados que llegaron a EE.UU. cuando eran niños) permanezcan en el país.
«Algunos de ellos ya no son jóvenes. En muchos casos, han tenido éxito. Vamos a tener que hacer algo con ellos», señaló el demócrata.
El presidente electo abordó también el delicado tema de las familias mixtas, compuestas por residentes legales e inmigrantes indocumentados. Trump aseguró que no desea “romper familias” y, como solución, sugirió que estas familias abandonen el país.
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¿Cómo podrá realizar las deportaciones?
Se espera que Trump, un republicano que ganó un segundo mandato en la Casa Blanca prometiendo deportaciones masivas, declare la inmigración ilegal una emergencia nacional cuando asuma el cargo el 20 de enero y recurra a recursos de todo el gobierno federal para apoyar una represión de amplio alcance.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos calcula que unos 11 millones de inmigrantes se encontraban ilegalmente en el país en enero de 2022, aunque es probable que la cifra sea mayor en la actualidad.
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